El nuevo dormitorio

Hoy por fin hemos estrenado dormitorio común. Los amitos nos han montado las literas con los trasportines (cada uno con su cojincito) para que podamos dormir las dos en la misma habitación. Así yo no me pondré a maullar tan temprano, porque me siento solita al despertar y los llamo en cuanto los escucho hablar. La hermana Kitty duerme en la litera de abajo (donde ha dormido siempre) y a mi me han acoplado en la de arriba. Yo me asomo y le doy con la pata para que me diga algo, pero ella se suele meter al fondo y no me hace mucho caso (de momento). También tenemos nuestros areneros (cada una el suyo, aunque yo a veces utilizo el de ella por probar) y un cuenco con pienso y otro con agua. Mi hermana siempre me deja comer a mi primero y la verdad es que ella come menos que yo, así que en eso no hay disputas.
La amita nos ha hecho un vinilo azul para la puerta con nuestros nombres para que quede chula la habitación.
Por la mañana cuando el amito llega a la cocina para hacer el desayuno nos abre la puerta y le gusta vernos formalitas en nuestras literas. Yo en cuanto llega voy corriendo a la habitación y salto sobre la cama a dar los buenos días a la amita. La hermana se suele quedar en la silla del salón o en la cocina a esperar que nos den el desayuno. Cuando escuchamos a la amita sacar los platitos para darnos la lata vamos las dos maullando a la cocina y nos lanzamos a desayunar. Yo suelo terminar antes que Kitty y después cuando ella ya deja su plato, lo apaño hasta dejarlo brillante. Está tan rico!